sábado, 14 de diciembre de 2013

Pistas para seguir sintiendo y conociendo a Jesús Castellanos


Sería obligado ubicarse desde un primer momento en la modesta y asequible capilla de la Virgen de los Dolores Coronada y encontrarse cara a cara con la Señora “Guardesa” del Puente de los Alemanes

    Cierto es que hay personas que, una vez desparecidas por la “gracia” de Dios, lejos de achicarse el recuerdo y el testimonio que dejaron en vida, muy al contrario, continúan creciendo y habitando en el sentir y en la memoria de nosotros. El querido Jesús Castellanos Guerrero es uno de estos seres. Su existir entre quienes tuvimos la suerte y el privilegio de compartirlo bien merecería un oportuno trabajo biográfico o un detallado estudio en el que se recogiera el inmenso legado personal, artístico, cultural, histórico, religioso y universitario que su constante abnegación por Málaga llegó a generar.

NO TODOS PODEMOS SER REFERENTES DE LO EXCELENTE 

Ya digo. Muchos fuimos los afortunados al recibir esas ricas cualidades que Jesús atesoraba y que siempre, de manera generosa, brindaba a todos aquellos que acudíamos a su disponible servicio. Pasado el tiempo -hace ya casi año y medio de su repentino fallecimiento-, su ausencia es más que evidente y, aunque suele decirse que nadie es imprescindible en la vida, verdad es que no todos dejamos una misma estela de paradigma y de buen hacer. ¡No todos podemos ser referentes de lo excelente!
Deseo, pues, aprovechar esta oportunidad periodística no para adentrarme en el virtuoso pasado del amigo Jesús. No es mi intención ser aquí y ahora humilde “altavoz” de las sobresalientes virtudes de quien tanto aportó al mundo de las cofradías y de la cultura malagueña en general. Me reservo para otras ocasiones. En este sentido, invito a los habituales “doctos” de turno a que acometan el necesario menester de profundizar y de divulgar la sublime figura de Castellanos, algunos de los cuales -curiosamente- siguen sin reconocer sus excelencias por razones que sólo ellos sabrán. Y es que, entre muchos de sus méritos, nuestro hombre en cuestión tenía el don sin igual de no dejar indiferente a cualquiera: unos (la inmensa mayoría) lo vanaglorian sin tapujos y otros (la testimonial minoría) lo cuestionan en “voz baja”; máxime aún cuando Málaga quiso tras su inesperada muerte que en muy corto espacio de tiempo una plazuela y un museo llevaran el rótulo su nombre.
Por consiguiente, a tenor de la honda huella dejada por Jesús Castellanos…  Ante el maravilloso hecho de que día tras día sigue creciendo su recuerdo y su testimonio entre nosotros…  Por todo esto y más prefiero dedicar estas letras a poner de manifiesto una serie de sensaciones y de lugares que intenten reflejar su sentida presencia entre los muchos que lo llegamos a disfrutar y a admirar.

SENTIDAS Y EVIDENTES PRESENCIAS

       Presencia eterna en todos rincones de su Cofradía de los Dolores de Puente y donde en un futuro próximo veremos la obra póstuma del trono del Cristo del Perdón, fruto del inagotable manantial de arte que poseía. 
      Presencia perpetua en la Iglesia de Santo Domingo, en cuya atmósfera de tan sagrado lugar se presiente que podríamos ver a Jesús arreglando una canastilla de flores o encendiendo un cirio en cualquiera de sus altares. 
      Presencia notable en la sede de la Agrupación de Cofradías, en la que aún parece como si estuviera él por sus dependencias, especialmente por el museo, el archivo o en la secretaría, tan atareado como siempre. 
       Presencia latente en el departamento de Historia de la Facultad de Medicina de nuestra Universidad, donde entre las aulas y alumnos trataba de equilibrar/compensar la imaginaria balanza de la obligación con la devoción, lo humano con lo divino y lo científico con lo sagrado. 
      Presencia respirable suya por las calles y plazas del centro histórico de nuestra ciudad, especialmente en los entornos urbanos de su “maternal” calle Granada, yendo y viniendo de un lado para otro y siempre con prisa de por medio porque “hay que estar aquí y allá”, “con esto y aquello”, “con fulanito y menganito” y “uno no vive de esto pero, bueno… ¡Qué le vamos a hacer!”.

UNA FIGURA HUMANA CRECIENTE

       No sé… Son tantos los lugares, las vivencias, las sensaciones que nos delatan la permanencia ascendente entre nosotros del amigo Jesús Castellanos que, por aconsejar una referencia preferencial para aquellos que deseen estudiar/profundizar sobre su dimensión cofrade y malagueña, creo que sería obligado ubicarse desde un primer momento en la modesta y asequible capilla de la Virgen de los Dolores y encontrarse cara a cara con la Señora “Guardesa” del Puente de los Alemanes. A esta virgencita callejera de llorosa mirada y de manos “apretás”, una de las pocas vecinas auténticas que aún nos quedan en El Perchel, Jesús no sólo le colmó su fe sino que además -junto con el Cristo del Perdón- la encumbró en lo más alto de los honores eclesiásticos de la imaginería religiosa poniendo así de manifiesto sus enormes capacidades de trabajo, de arte, de organización, de sabiduría, de elegancia y corrección, de coherencia, de sentimiento, de entrega a los demás, de compromiso, de sacrificio, de atrevimiento, de exquisito gusto, de exigencia… En definitiva, de profundo amor y pasión por Málaga y nuestra Semana Santa.
       Valgan, pues, estas pistas referenciales para sentir y conocer a Jesús Castellanos Guerrero. Un malagueño extraordinario que su Virgen de los Dolores Coronada dispuso de él en plenitud de virtudes. Es por ello que hoy su categoría humana siga creciendo y habitando en el corazón y en el recuerdo, al menos, de quienes llegamos a compartir su amistad y ejemplaridad. 

-----------------------------------------------

Artículo escrito para La Tribuna.org, nº 18, diciembre de 2013. http://www.latribuna.org/index.php/itribuna/cofradiasmlg/item/602-paco-garc%C3%ADa