jueves, 10 de enero de 2013

Málaga y el "Manifiesto"

“El super divulgado Manifiesto por el Málaga está siendo un expectante y a la vez desconcertante revulsivo para retratar a una buena parte de nuestra sociedad que sólo parece reaccionar, con semejante pujanza, en favor de algo tan relativo como pelear contra una posible arbitrariedad o injusticia de índole futbolística”.

            Dados los tiempos que corren, donde lo global supera a lo particular, el inmovilismo retiene al dinamismo y lo original es suplantado por lo genérico, una buena mayoría de la sociedad española parece dormitar en un letargo casi comatoso, ofreciendo la impresión de estar muy ajena o de ser poco consecuente con relación a los nuevos retos que el día a día nos viene imponiendo en los últimos años. Retos estos que, más que provocar una lógica mejora en la calidad de vida, la crisis del momento aparenta haber alterado la convencional escala de prioridades y ahora los objetivos de nuestros “s-electos” gobernantes apuntan a desmontar gran parte de lo conseguido en materia de bienestar y, en definitiva, a precarizar nuestra ya dura existencia.   

            La falta de compromiso, la extinguida rebeldía, el orgullo descafeinado, la pasividad contestataria, el coraje amansado, la democracia amañada… Tales síntomas están conformando el perfil de un “españolito” que nada tiene que ver con aquel otro -seguramente padre o pariente cercano del susodicho-, que dos o tres décadas atrás fue empapada “esponja" o beligerante “trinchera” de todos los frentes posibles de la reivindicación social.

            ¡Claro! ¡Eran otros tiempos…! ¡Y también eran otras personas…! ¡Cierto! Pero esta pasmosa actitud de acobardado amor propio y colectivo que hoy nos contagia no es óbice para “tirar la tolla” y acabar inhibiéndonos del cúmulo de indecencias que semana tras semana suceden en cualquier esfera de la vida institucional o general: corrupciones, falsedades, incumplimientos, deslealtades, malversaciones, connivencias, arbitrariedades, apropiaciones indebidas, favoritismos, desigualdades, prevaricaciones, sospechosos enriquecimientos… Sin olvidarnos del galopante paro, de la alarmante miseria o de la continua pérdida de valores humanos.
      
            Así, pues, salvo raras excepciones, el conformismo, la apatía y el individualismo se han ido adueñando del apagado latir de la ciudadanía y en la actualidad mínimas banderas de protestas o de inquietudes movilizan a la gente de una manera decidida y unánime para poner en práctica la célebre frase de “la unión hace la fuerza”.

¡Y no será porque en el vigente panorama no se estén originado cabreantes y dolorosas enseñas de repudio y protesta…!

¡Seguro que, años atrás y con aquellos otros “españolitos” de antaño, las indignaciones que hoy día soportamos hubieran tenido una más apropiada contestación de rechazo y censura que las habidas hasta el momento! Incluso, es tan evidente el hastío imperante en nuestras conductas o modus vivendi que ni siquiera surgen cantautores/poetas nuevos que, como en su época lo fueron Serrat, Pablo Guerrero, Rosa León, Sabina, Aute, Labordeta, Hilario Camacho, Cecilia o el inolvidable Carlos Cano, se atrevan en sus creaciones artísticas a plasmar de manera crítica y comprometida las continuas desvergüenzas locales, provinciales, autonómicas y nacionales que nos rodean en estos albores del siglo XXI. ¿También los “trovadores” han sido exterminados?

            ¿Resignación? ¿Indolencia? ¿Alienación? ¿Desconsuelo? ¿Abatimiento? ¿Impotencia? ¿…?

¡Vayan a saber…!

            Aquí parece que lo único que mueve montañas sociales, con relación a nuestra bendita tierra, es el fútbol o mejor dicho el “championísimo” Málaga C. F. Bien es verdad que, para cómo están los tiempos y con lo que está cayendo, la institución blanquiazul se ha convertido una de las pocas entidades malagueñas -por no decir la única- que brinda algunas alegrías, solo pseudodeportivas, al mustio ambiente generalizado que nos circunda.

¡Menos mal!

Gracias al equipo de La Rosaleda se está pudiendo comprobar -bajo el paraguas mediático del meritorio diario decano de la prensa local- que, hasta la fecha, por encima de cincuenta y cinco mil hombres y mujeres han dado síntomas de “existir” en este castigado rincón del sur hispano.

¡Válgame Dios!

¡Cerca de 60.000 personas conocidas y desconocidas, todas ellas identificadas con nombre, apellidos y hasta profesión, están “vivas” para -al margen de la letra pequeña- hacerle frente a la poderosa UEFA, ante una posible sanción económica y exclusión competitiva que el organismo futbolero europeo quiere imponerle al club malaguista por supuestas demoras en los desembolsos de deudas dinerarias a ciertas administraciones y demás acreedores!

            El super divulgado “Manifiesto por el Málaga” está siendo un expectante y a la vez desconcertante revulsivo para retratar a una buena parte de nuestra sociedad que sólo parece reaccionar, con semejante pujanza, en favor de algo tan relativo como “pelear” contra una posible arbitrariedad o injusticia de índole futbolística ¿?

            En fin… Si en Málaga no tuviésemos una tasa de desempleo en torno al 35% de la población activa… Si el umbral de la pobreza no estuviera rondando al 25% de los malagueños… Si nuestra provincia dejara de estar en los primeros puestos del ranking nacional de morosidad… Si Málaga no fuera la tercera localidad española donde más empresas vienen desapareciendo… Si obras públicas fundamentales, como la construcción del Metro-Málaga, no peligraran su finalización… Si los centros educativos y colectivos sociales tuviesen garantizados en sus plazos los pagos oficiales… Si la juventud estuviera esperanzada con el futuro que le aguarda… Si nuestros mayores no temieran por sus precarias pensiones… Si la clase dirigente fuera más ejemplar y diera adecuada respuesta a nuestros derechos…

Miren, ustedes… Yo, entonces, no me cuestionaría el referido “Manifiesto”. No me preocuparía tanto por la actitud de la sociedad actual y seguro, además, no escribiría esta amarga interrogante final: ¿Estamos vivos para algo más que el fútbol? ¿Hay alguien que proponga otro tipo de manifiesto en defensa de otra Málaga y de otros Malagueños?    

1 comentario:

macmanzana dijo...

Así de triste y así de lamentable como tú lo cuentas, Paco.